"Los artistas tenemos que ayudarnos" me dijo hace varios años el artista Alvaro Feliud (@feliudd), y la frase no se me va de la cabeza. No puedo hoy estar más de acuerdo. Paradójicamente, me lo dijo cuando me negué tres veces como San Pedro, a darle el dato del Carlos Flores (Taller de Estudio Flores) que me trabaja la producción en resina de mis esculturas. En ese tiempo Carlos era mi secreto estratégico para hacer las piezas, la fórmula de la Coca Kola, el algoritmo de Google, la receta secreta y ¡cómo revelarlo a otro artista!, otro potencial competidor, el adversario/a que me puede robar la venta. Si hubiese sido esa la mentalidad de los cheffs, hoy no exisitiría gastronomía peruana. No sé en qué momento cambié de idea pero hoy veo que hay muchísimos incentivos para colaborar y compartir información. Finalmente un mercado que funciona es el que circula información a velocidad turbo y no se estanca en la angurria. Aquí las ventajas que veo:
1. Generas buen karma. El "hoy por tí, mañana por mí" abre mil puertas, y eso crea nuevas oportunidades. Es bastante más probable que un colega desesperado que recibió el dato del experto de cerámicas o resinas que necesitaba para anteayer, te comparte el suyo de un buen proveedor de cajas, o bases de madera. Multiplicar la cantidad de vínculos positivos de largo plazo es una apuesta en mi opinión bastante sabia, y una activo importántisimo para la buena calidad de trabajo a futuro es la la potencia y calidad de tu red de proveedores.
2. Diversificas la clientela de tu proveedor. "WHAT! ¡Pero entonces no va poder trabajar para mí! ¡Me lo van a robar!" ¡Naa que ver! Aunque esto suene inicialmente sensato y hasta de sentido común, no es mi experiencia. Ayudar a crecer a tus proveedores compartiendo su contacto y recomendándolos, tiene las siguientes ventajas: La primera, regresa al punto anterior, creas buen karma, y eso tiene vías de ida y vuelta. Nunca, ninguno de los talentos con las que trabajo me ha dicho "no", por estar trabajando con otro cliente, y cuando están hasta el cuello, como suele suceder cerca de las fiestas por ejemplo, hacen un esfuerzo enorme por hacerte un espacio en el calendario de produccion o me avisan con anticipación si es que voy a necesitar algo porque van a estar full. Lo haría yo por alguien que no sólo me da chamba, sino que me consigue más clientes por recomendaciones. La segunda, es que no genera dependencia de tí o las disminuye considerablemente. Lo último que quiero es que un proveedor amigo depende exclusivamente de mi, porque en este negocio tan cíclico y azarozo a veces no se vende, a diferencia de las cuentas, los pagos de planilla, renta, etc que son siempre permanentes. En la medida que ellos tengan más clientes, diversifica su cartera, y cuando yo no genero trabajo, la puede generar otro. Esto podría parecer muy generoso y hasta bastante naif, pero tiene también un ángulo de negocio. Si mi proveedor se mantiene trabajando, si mete más horas, su oficio mejora, su productividad mejora, su capacidad de innovación, de encontrar nuevos acabados, nuevas técnicas y eficiencias, mejora. Además, si trabaja para veinte artistas, aumenta sus economías de escala y puede, por ejemplo, comprar resina a mayor cantidad y mejor precio, haciendo una pieza para todos más comoda por unidad. Ganamos todos.
3. No quiero que sólo me compren a mí. "¡Oe! ¿¡Qué te has fumado!?". No me malentiendan, naturalmente quiero me compren, y mucho. Nada mejor para seguir creando tranquilo que un flujo de caja en verde y en movimiento para arriba, pero pienso que lo mejor para todos en el mediano y largo plazo es un mercado con una diversidad de oferta de alta calidad y que incremente una suerte de coleccionismo. Hay clientes fans, que te compran mucha obra, y los tengo a todos en un altar con velitas y saumario, pero la mayoría quiere diversificar su colección, tener uno o dos de varios, que las obras tengan una conexión de tiempo y gusto, una visión individual del trabajo de cada artista, pero que en el conjunto reflejen el momento en el que vive el comprador. Lo ideal al final es generar un movimiento, una tendencia, que es lo que enciende mística y capta la atención tanto de paisanos como extranjeros. "¡Algo interesante está pasando en Perú que varios artistas hacen obra de buenísima calidad!" Nuevamente regresando a la gastronomía, el Perú se ha vuelto un destino gastronómico obligado no sólo porque está Gastón, Rafael y Virgilio, sino porque hay muchos restaurantes, con ofertas distintas, para bolsillos distintos y de sabor exquisito. En esta lógica, un artista colega no te roba un venta hoy, sino más bien incrementa notablemente la probabilidad de una compra mañana. Hay que alegrarnos por él.
Dicho todo esto, ¿qué piensan la gente? ¿En su experiencia es mejor colaborar o competir?